sábado, julio 16, 2011

Los Blogs

Qué tienen los blogs que aunque pase mucho tiempo sin ser actualizados, siguen siendo visitados y - se supone - leído. Existen blogs de todo tipo y estilo, entretenidos, educativos, insulsos, derechamente fomes, por lo mismo que existen lectores para todo tipo de blogs.

El blog se ha transformado en una especie de muro callejero, donde se escribe un pensamiento, un slogan o lo que se desee, pero a diferencia del muro, en el blog el autor de las notas, pensamientos o crónicas, tiene mayor espacio para expresarse y nunca estará apurado como ocurre en los escritos callejeros.

Existe una infinidad de blogs, desde los que los profesores solicitan a sus alumnos para que se vayan familiarizando con las Nuevas Tecnologías, como aquellos de gente que opina, en una especie de periodismo ciudadano, para entregar no sólo sus opiniones, sino que para abrir flancos de debate público.

Tal es el caso de la cubana Yoani Sánchez, mujer combativa que narra las peripecias de los cubanos al interior de la isla a través de su blog llamado “Generación Y” http://en.cl/u/d6 , en él, Yoani constantemente narra la situación a que se ven enfrentados los cubanos todos, sin excepción.

Además del anterior, son millones los blogs que se pueden encontrar en la red, de todo tipo, tales como tecnológicos, educacionales, etc., siendo lo más importante, el que la gente se exprese y pueda entregar su opinión o conocimiento.

domingo, julio 23, 2006

NI SUPERMAN PODRÁ DEFENDERNOS

Quién no ha tenido, tiene o conoce a alguien que tenga una experiencia con la delincuencia en Chile. Cada día son más las victimas de este fragelo y lo que es más impactante, ya casi nadie se asombra, como ocurría hace pocos años, cuando se conoce de algún hecho delictivo.

La campaña mediática para dar a conocer las bondades de la nueva justicia, tal como se podía ver profusamente en televisión, señalaba que los jueces actuarían rápido, que las penas serían acordes al delito imputado y que todo funcionaría mejor. Así lo pensamos todos en Chile.

Pero una cosa es proponer y desear y otra muy distinta es lo que se aprecia en realidad. El extremo cuidado que parecieran tener los jueces a la hora de juzgar, para no caer en errores y/o condenar a un inocente, a llevado a extremos tales que un imputado que robó el jueves, es dejado en libertad el día viernes, por intachable conducta anterior y el día sábado es nuevamente detenido por robo con violencia.

¿Qué se puede hacer en esos casos? ¿Si la justicia no juzga, quién podrá hacer algo al respecto?

Existen lugares en diversas ciudades de Chile que es imposible transitar con seguridad. Para qué hablar de las ciudades o pueblos donde llegan turistas. Los ladrones siguen por cuadras y cuadras a sus potenciales victimas hasta que pueden robar algo de valor. Según se dice, carabineros de Chile ya no quiere actuar con energía ante un delincuente sorprendido in fraganti, ya que de ser acusado por un Fiscal defensor, puede llegar al extremo de llegar a perder su trabajo.

Se habla de los derechos humanos de los delincuentes. ¿Y ellos se preocupan de los derechos humanos de sus victimas, a quienes roban y matan a sangre fría? ¿Se preguntarán alguna vez de los derechos humanos del conyuge que sobrevive a un asalto o a los hijos de un asesinado?

¿Hasta cuándo deberemos soportar esta situación?

Chile debe ser uno de los pocos países del mundo en que los delincuentes deambulan libremente por las calles y los honrados ciudadanos deben vivir encerrados bajo siete llaves, con rejas por todo el contorno de la casa, tal como si fueran peligrosos delincuentes.

Paradojas que sólo se dan en nuestro país.

Al ritmo que vamos, ni aunque viviera en Chile el superhéroe que está en las carteleras de cine locales, podría ayudarnos, ya que al tocar tierra le robarían hasta la capa.

miércoles, noviembre 30, 2005

ROSTROS, SONRISAS Y SLOGANS

Por donde quiera que caminemos, estemos o paseemos, en nuestra alborotada geografía, nos toparemos, día a día, con afiches, carteles, gigantografías u otros objetos de algún candidato a Diputado, Senador o Presidente de la República.
Cada comando trata de ganar la mejor ubicación para que el candidato de su devoción tenga la mayor exposición posible. No importando si se obstaculiza la visión de las señales del tránsito, un semáforo o el cruce de la calle. Lo único que les importa es que se luzca la cara del candidato. Las fotografías, por que eso son, sean del tamaño que sean y del material en que estén impresas, nos muestran rostros que generalmente esbozan una sonrisa, en algunos casos tan forzada que de sólo verlas, nos damos cuentas que ese candidato no cumplirá absolutamente nada de lo que pregona. Cada rostro representado en esa publicidad nos indica algo, ya sea empatía o rechazo. Existen rostros con sonrisas burlonas, unas que indican algún grado se apatía y otros, la mayoría, que trata de poner la mejor sonrisa para captar electores pero no la logran esbozar siquiera. Son rostros tan acostumbrados a prometer lo que no pueden cumplir que hasta las sonrisas les resultan falsas. Tan falsas como los slogans de campaña. Muchos de los cuales no han inventado ni impuesto ellos.
Son los creativos comunicacionales que inventan las frases, algunas para el bronce.
Para muestra sólo un botón: “Por que ya la conocemos”, es el slogan de alguien que postula a la Cámara baja y que se encuentra cuestionada por platas no aclaradas de su gestión anterior. “Por que te defiendo siempre”, reza otro slogan de alguien que en su momento se a negado, reiteradamente, a escuchar a personas que no piensan como él. “Por que soy de esta ciudad” (parafraseando) y si le preguntamos a ese candidato dónde queda tal o cual calle o lugar de la ciudad por la cual postula, no tiene idea, vive a 120 kilómetros de distancia. Y así suma y sigue. Los ejemplos son muchos. Por ahora quedaré hasta aquí, pensando en lo que siempre decía mi abuelita: “uno conoce rostros, sonrisas y slogans, pero nunca corazones”.

jueves, octubre 06, 2005

EL NOTICIERO DE LA IRA

El Presidente Ricardo Lagos a criticado una y otra vez, donde ha podido, los noticieros de la televisión chilena en general y a los de Televisión Nacional de Chile en particular por el tratamiento que se ha dado a las noticias sobre la delincuencia que, al parecer, es un tema que está sobrepasando al Gobierno, en las últimas horas.
"Como un modesto telespectador que veo las noticias, me llamó la atención que en todos los noticiarios la media hora primera es esto (delincuencia). Yo creo que siempre se puede tener media hora de noticias sobre estos temas porque siempre habrá situaciones delincuenciales en ciudades o en un país. Es todo". Parece increíble escuchar o leer las declaraciones de nuestro Presidente sobre un tema que es tan sensible para la ciudadanía toda. Se ha reiterado, en todos los tonos, que la delincuencia está arreciando, cada día las víctimas aumentan en número y en la violencia de los asaltos y/o robos. Al parecer hasta la policía está siendo sobrepasada en algunos sectores, de acuerdo a las imágenes mostradas por los canales de televisión.
En Chile se toman muchas medidas que sin lugar a dudas son beneficiosas para el país, tales cómo las económicas, políticas y de relaciones internacionales. ¿Pero qué pasa con el tema de la delincuencia? Al parecer nada. Las victimas se multiplican cada día. Los robos con violencia, por sorpresa, en casas particulares, etc, suman y siguen. Las autoridades tratan de frenar algo que al parecer no tiene frenos. Y más encima el Presidente de la República se molesta porque el noticiero central de la televisión estatal dedica treinta minutos al tema, mostrando imágenes donde los chilenos y chilenas son violentados a diario.
¿Por qué molestarse con algo que es así? Es real, es lo que viven a diario hombres y mujeres que son presa de los delincuentes. No podemos vivir en una burbuja o pensar que estamos en ella. Existe un país real donde cada día la delincuencia y el tráfico de drogas aumentan dramáticamente. ¿Por qué tomar la actitud del avestruz? Más aún cuando se es el Presidente de todos los chilenos.
Desde Estados Unidos, donde anda en gira, El Presidente Lagos ha dicho: "No se trata de ser autocomplacientes, pero los niveles delincuenciales de Chile son de los más bajos de la región". Mal de muchos, consuelo de…asaltados, dirán algunos.
¿Hasta cuándo Señor Presidente deberemos vivir en la inseguridad?
La culpa no la tienen los noticieros de televisión.

lunes, septiembre 19, 2005

¿QUÉ MÁS PEDIRÁN LAS AUDIENCIAS?

Cada vez que un hecho despierta la curiosidad de los ciudadanos, generalmente se termina culpando a los medios por la conmoción que causó el hecho en sí. Es lo que ha ocurrido con las declaraciones de Jorge Ríos, el padre de Marcelo, en primer lugar y, luego, las del ex número uno del tenis mundial, Marcelo Ríos.
La historia es bastamente conocida por todos los chilenos, se interesen por el tema o no. Los hechos que originaron el caudal informativo del cual hemos sido testigos, y que aún no están del todo claros, comenzaron a desarrollarse en Costa Rica, siguen con escala en Miami y están en pleno desarrollo en Chile.
Más allá del hecho en sí, la lesión o supuesta lesión de María Eugenia Larraín tras caer desde el jeep de su esposo, están las declaraciones y contradeclaraciones de los protagonistas directos del hecho y las declaraciones entregadas por el padre de Ríos. Cada uno tiene una verdad, las cuales no son comprobables.
Según transcurren los días la ciudadanía en general se informa de diversas formas de lo que pudo ser una disputa familiar o un conflicto conyugal, si nos atenemos a lo informado. Sin embargo los medios comienzan a tomar partido por uno u otro de los protagonistas, según el público específico al que están dirigidos.
El padre de Ríos, en este caso el suegro, señala, en conferencia de prensa, que su nuera está mal de la cabeza. Marcelo Ríos, en enlace directo a través del canal donde entrega sus comentarios de tenis, desde el país centroamericano, declara lo que todos conocemos y, ante todo el país, se separa de facto de su esposa. “En vivo y en directo”. La tercera parte de esta disputa familiar no se hace esperar. María Eugenia Larraín entrega sus descargos a través de las pantallas del canal nacional en horario prime, concentrando una alta sintonía.
Los diarios publican, casi a diario, los rostros de la disputa en portada, incluso diarios tan conspícuos como “La Segunda” y “El Mercurio”, caen en la tentación. Las radioemisoras sólo hablan del tema. Los canales de televisión ofrecen sumas estratosféricas por la exclusiva de cualquiera de los involucrados. El país se pone de parte de uno u otro. Y hasta el Presidente de la República, en un acto público, aprovecha la coyuntura para decir en su discurso que a partir del mes de octubre los involucrados podrán solucionar sus problemas por medio de los Tribunales de Familia.
¿Cómo es posible llegar a tanto por una desavenencia, o lo que sea, entre una pareja de esposos?
¿Por qué se gastan tantas horas-medio en algo que es trascendente sólo para los involucrados?
Alguien dijo: “los medios tienen la culpa de entregar “eso” a la gente”. Pero los medios no comenzaron esta verdadera guerra de declaraciones. Esta partió del padre de Marcelo Ríos al llamar a conferencia de prensa. Los medios no fueron los que encendieron el fuego, tal como canta Billy Joel.
¿Qué pasa en nuestro país que se alborota con el berrinche de un ex tenista y una modelo?¿Por qué preocupa más una disputa entre dos personas naturales, que son marido y mujer, que la fijación definitiva de un FEPP?
Los medios no tienen la culpa que la mayoría de los habitantes de nuestro país sea tan light para pensar y estén cada día ávidos por conocer un nuevo capítulo de la teleserie interminable. Por otro lado es cierto que la gente prefiere ver sus problemas reflejados en otras personas para no sentir que sus problemas son los más grandes.
Cuando pase el revuelo Ríos-Larraín, ¿dónde irá el pueblo a buscar un nuevo circo?
Al parecer es cosa de esperar.

miércoles, septiembre 14, 2005

¿RECONCILIACIÓN?

¿Quién entiende lo que ocurre en nuestro país? Casi a diario, en todos los medios, se entregan declaraciones de altos personeros de gobierno, las fuerzas armadas, políticos de todos los colores, autoridades eclesiásticas y credos religiosos y hasta del Presidente de la República, señalando que es muy importante que en Chile exista una real reconciliación. Más aún, cada vez que se acerca el once de septiembre.
Las intenciones existen, al parecer, no el ánimo de llevar adelante dichos llamados.
Treinta y dos años han transcurridos desde el once de septiembre de 1973 y aún no terminan del todo los odios y rencores pese a los llamados que se hacen públicamente. Tal vez por ahí pase el tema. Al parecer existe más de una postura, la pública y la privada. Al parecer muchas personas y/u organizaciones tienen una postura privada que dista mucho de los llamados que se hacen a la ciudadanía, de otra forma no se entiende que cada año, en las fechas cercanas al once de septiembre exista tanta gente protestando con tanta violencia.
Las imágenes de televisión y de la prensas muestran a centenares de jóvenes que protestan por que aún no está juzgado el General ® Augusto Pinochet; otros por que se quiere amnistiar a otros; otros por que no se libera a presos políticos; otros tantos por que no se juzga a algunos militares que participaron de esos hechos y que en ese entonces eran conscriptos o, con suerte tenientes, así suma y sigue.
Los manifestantes, en muchos casos no sobrepasan los veintitrés años de edad, o sea, nacieron cuando ya que habían producido los hechos. En entrevista a un joven manifestante éste señaló que protestaba por la muerte de su padre en esa fecha, cuando él nació hace veintidós años, diez años después de ocurrido el levantamiento militar. ¿Cómo se explica esto?
¿Hasta cuando habrá que ver apedreamientos, disparos, cortes de cables, toma de calles?
Según palabras del ex Presidente Patrico Alywin deberán pasar dos generaciones más para que exista una real reconciliación. ¿Habrá que esperar tanto para que ello ocurra?
No sería posible el esfuerzo de todos para terminar con las divisiones.
Sería muy importante conocer quién alimenta los odios que a nada conducen y que todos, aparentemente, rechazan.
Lo anterior es sólo una parte de lo que se puede preguntar al respecto.
Alguien señaló que “la jornada del once fue tranquila en general, sólo algunos focos aislados de violencia”, esos focos aislados dejaron como saldo dos muertos, saqueos por docena, destrucción de un consultorio en Peñalolén, robo y destrucción en el laboratorio de computación en un colegio del sector norte de Santiago. ¿Hasta cuándo habrá que seguir escuchado estas noticias mientras se habla de reconciliación?
La respuesta la tenemos cada uno de los habitantes de este país llamado Chile.

martes, agosto 30, 2005

CUANDO LLUEVE, TODOS SE MOJAN

Un antiguo adagio señala que “cuando llueve, todos se mojan”, habría que señalar que en Chile “cuando llueve en la zona central, todos se inundan”.
Y es lo que a ocurrido, una vez más, en nuestro país.
Cada vez que la lluvia arrecia, los problemas comienzan.
¿Pero qué pasa cuando llueve más de la cuenta?
Lo que ocurre cada año, o sea, lo mismo.
Muchos damnificados. Autoridades que visitan en terreno a los damnificados, como si con su sola presencia los problemas se les solucionarán, voluntarios de cuanta institución existe ayudando a sacar el lodo y el agua de las poblaciones que están ubicadas en las márgenes del río, sea cuál sea éste. La televisión con transmisiones maratónicas mostrando “en el lugar de los hechos” a hombres y mujeres que sollozan al hablar contando lo pobres que son y que no tienen ni una plancha de zing para poner en el techo ni un abrigo para arroparse el pecho.
Cada canal de televisión trata de partir con la campaña de turno, “Chile ayuda a Chile” o como quiera que la bauticen, cuanto antes. Quién pega primero, pega dos veces, en cuanto a raiting, claro está.
Las imágenes muestran los ríos de aguas que con fuerza descienden por donde horas atrás circulaban lujosos automóviles. Los niños tratan de aparecer por única vez en su vida en cámara y luego que se ven en los monitores que se instalan frente al periodista que está despachando, se abrazan y hacen señas a quien los esté mirando. En medio de la desgracia también hay tiempo para la risa.
Lo más arriba escrito ha sucedido innumerables veces en nuestro país. Podría ser el relato de lo ocurrido durante el temporal del año 1984 o del 91 ó del 97, pero es lo que está pasando en este mes de agosto de 2005. La modernidad está presente en cada lugar que se precie, cuando no llueve y hay sol, pero ahora la realidad es otra. La imprevisión, la desidia y lo subdesarrollado que somos está a la vista.
Un temporal que se anuncia con bombos y platillos hace una semana, ahora casi no falla el pronóstico, no es motivo para asegurar los techos, tapiar ventanas y asegurar el parrón para que no se caiga por efecto del viento. Nuestra forma de ser es así y lo seguirá siendo. La mayor parte de los habitantes de esta larga y angosta faja de tierra no se preocupan a priori. Las quejas, las preocupaciones y los mea culpa, llegan después de ocurridos los hechos, no sólo los temporales.
La ayuda llegará, en primera instancia se repartirá, por supuesto, no a todos alcanzará . Muchos se quejarán con respecto a las preferencias. Pero todo seguirá igual.
Las familias que se erradican del margen del río, volverán a él en cuanto la tierra se seque y el sol alumbre con más intensidad, es su lugar de siempre dirán. El próximo año pasará lo mismo.
Pero en medio del caos que ha dejado la lluvia nadie repara que en Chile Central se ha construido más de la cuenta, se ha elevado las casas a los cerros de Santiago talando cuanto árbol estaba en el camino para construir el condominio. La deforestación alcanza índices alarmantes. ¿Pero quién se preocupa de eso?
Ninguna autoridad ha recordado que con más árboles en los cerros habrá menor erosión, mayor contención del lodo y más seguridad en la parte baja.
Pero estamos en Chile, dirán muchos. Por lo que las lecciones que deja este temporal durarán lo que dura la evaporación. Todo seguirá igual.
Lo que vimos esta semana, lo volveremos a ver, leer y escuchar el próximo año o el próximo temporal.