viernes, julio 22, 2005

EL PAGO DE CHILE.

Un antiguo adagio señala que en nuestro país frecuentemente se da el pago de Chile.

¿Qué significa ese adagio? Significa que generalmente se desconoce a quien a ayudado en algún trabajo, estudio o logro en general y llegado el momento de los reconocimientos nunca se reconoce a quien estuvo a nuestro lado en momentos claves.

El adagio viene desde los tiempos de la Colonia. Cuando venía desde Perú la remeza de dinero para pagar a los funcionarios de la corona que estaban por estos lados, generalmente los enviados eran asaltados en algún punto del trayecto y el dinero no llegaba a quienes estaba destinados, o sea, se producía el pago de Chile. No se le cancelaba a nadie.

Con el tiempo el dicho se institucionalizó y se aplica hasta nuestros días.

¿A qué hace referencia todo lo anterior?
A las sentidas palabras que diera a conocer Horacio de la Peña, ex capitán (aunque oficialmente no lo fuera) del equipo chileno de Copa Davis y entrenador del número uno de Chile, Fernando González, en Holanda. En conferencia de prensa se refirió al ofrecimiento que le hiciera el Presidente de la República, Ricardo Lagos, en medio de la algarabía que se vivía luego de la obtención de las medallas de Oro y Plata y los Juegos Olímpicos de Grecia, el año recién pasado. En medio de los aplausos el Presidente señaló que le entregaría a De la Peña la nacionalidad por gracia, por los logros alcanzados, no sólo en esos juegos. Léase doble campeonato del mundo por equipos en tenis y la ayuda del despegue producido en dicho deprte.

Luego de los aplausos generalizados el proyecto debía ser enviado al Congreso para su ratificación. En ese preciso instante comenzó el calvario para el entrenador argentino. Muchos que lo aplaudieron a rabiar ahora se oponían a los deseos del Presidente y de casi la mayoría del país. El Senado rechazó la propuesta por 23 votos a favor, 13 en contra y dos abstenciones.

De las sonrisas se pasó a la tristeza y luego a la ira. Posteriormente al olvido del tema. Como ocurre casi siempre en Chile. Todo se tapa con tierra.

Hay que señalar que Horacio de la Peña nunca pidió nada. Él no fue el gestor de su nacionalización. De la Peña sólo fue el instrumento de algunos que necesitaban figuración y cámaras. Él no pidió ni exigió. Sólo agradeció el gesto que la primera autoridad del país le ofrecía.
Con el correr de los días hasta la máxima autoridad se olvidó de lo que prometió. El entrenador, que se siente desilusionado con Lagos hoy señaló: “ lo que más me dolió del tema, que cuando necesitaban sacarse fotos con Fernando (González), llamaban todo el tiempo, y ahora no tuvieron la delicadeza de por lo menos llamarme y ¡de gastar dos minutos de tiempo para explicarme de parte de ellos qué pasó"
Al leer estas declaraciones hay que decir, no hagas caso Horacio, sólo es el pago de Chile, que una vez más se ha manifestado de la forma más baja. Hoy haz sido tú, mañana quizás a quién le tocará el turno. Muchos, antes que tú, quedaron en el camino.